A Diego no es que le guste Halloween... desde que lo conozco, sé que le pirra todo aquello que tiene que ver con los cuentos y dibujos de miedo, tiene un esqueleto que pone bajo la luz para que luego brille en la oscuridad, una calavera que proyecta fantasmas y tienes que atraparlos con una pistola y un sin fin de cosas más... por eso la temática de sus galletas no podía ser otra... como no es muy goloso, sólo puse unos detallitos con glasa... y todo ello no quita que sea uno de los niños más buenos y dulces que conozco.
Para él he repetido las galletas sin lactosa que ya hice una vez. Éstas las he hecho con zumo de mandarina y debo decir que, aunque las de limón estaban buenas, así quedan más ricas, ya que aportan un agradable sabor cítrico pero no tan intenso como con el limón.
Lo mejor de todo.... su sonrisa.